12 octubre, 2008

Dr. Jekyll and Mr. Hyde



Es el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, quienes conviven y luchan incesantemente
son ellos, ambos quienes juegan a las escondidas y a las charadas
envueltos entre enigmas, dudas y preguntas.

Es Dr. Jekyll el políticamente correcto, el futuro seguro,
el es la espectativa ajena, la sensación de deber
el gusto por lo rentable, por lo digno, por lo lineamientos,
la estructura, por lo predecible, por lo que se considera viable.

Es Mr. Hyde el loco revuelto entre sueños e insurgencias,
el dueño de las llaves pasionales y las lineas curveadas,
es el oculto, el que se despierta del sueño hibernal
es hacer lo que se quiere y no lo que se debe,
es dejarlo todo tirado, es el egoismo, es el no me importa

Ambos presentes, no en lucha sino en danza
ambos vivos, en periodos despiertos...

Ambos influyentes, ambos geniales y decadentes
ambos inversamente proporcionales
anfitriones de partidos al mismo tiempo fantasiosos y terrenales

el uno tímido, cuadrado, emprendedor y socialmente eficaz,
el otro indomable, insujeto, irreverente, entregado a sus formas, no las de nadie sino las suyas.

el uno preocupado por lo que viene, por calzar, por satisfacer, por correr sin respirar
el otro muerto a las ataduras, a los pleonasmos

el uno hará lo que le pidan, lo que debe hacer, lo carcomerá la inseguridad y el miedo
el otro tomara los temores por el pelo y los devorará,

Dr Jekyll y Mr. Hyde, agua y aceite fundidos en uno,
dominando, apasiguando,
némesis, dualismo, vil impresionismo

Dr. Jekyll y Mr. Hyde presentes en cada uno,
desesperadamente vivos y en convivencia,
y hoy danzan dentro de mi
como fuerzas centrífugas
que me sacan de centro
ninguno el bien, ninguno el mal
son anhelos y formas de vida tan distintas entre si
son 2 personas en mi con sueños distintos,
con formas de actuar disimiles
es ahora que los debo coreografear,
intervenir en su baile y tomar el control
sobre ellos, enseñarles a tomarse de la mano
y caminar juntos, no uno sobre el otro, sino uno
junto al otro y prometerles un futuro y una larga vida
a ambos, de manera que no se destruyan entre si
ni confabulen contra mi.